D. Rafael Mongay Noguero, uno de los pioneros en el sector de la pintura de nuestro país.
Don Rafael Mongay Noguero, nacido el 08 de enero de 1889, comenzó a tomar contacto con el sector de los barnices y pinturas a la edad de 14 años, trabajando como aprendiz en la fábrica Gómez y Planella. Por su interés, dedicación y buen hacer se ganó la confianza de los dueños, que unos años más tarde le hicieron encargado de fabricación en la nueva razón social Juan Planella.
El día 9 de mayo de 1917, con el apoyo económico de unos cuantos socios, funda en Barcelona la sociedad Mongay, Hervás y Cia., con domicilio social y fábrica en la calle Béjar 63-67, mediante escritura autorizada por el notario D. Juan Francisco Sánchez García, quien daba fe de su constitución. En la actualidad, es la fábrica de pinturas más antigua de España.
Durante el siglo XIX y a principios del XX las pinturas se fabricaban de forma muy artesanal y rudimentaria. Era una técnica basada sobre todo en la experiencia.
Como aglutinantes se empleaban dextrinas (féculas de maíz y de patata), gomas naturales de origen animal (goma laca) o vegetal (arábiga, sandaraca, damar), aceites (linaza, soja, cártamo), brea, betún, sustancias resinosas, se empleaba la colofonia con la que se fabricaban los resinatos al hacerla reaccionar con óxidos o con sales metálicas y que se utilizaban como secantes en las pinturas al aceite. Como diluentes se empleaba sobre todo el aguarrás y el white spirit. Y como pigmentos se empleaban las tierras naturales (óxidos rojos de Málaga), albayalde, minios de hierro y de plomo, cinabrio, óxido de zinc.
Así nacieron una serie de productos que tuvieron gran aceptación en el mercado como el NEGRO “REAL”, el BARNIZ FLATTING, el BARNIZ AL ALCOHOL, el BARNIZ CHAROL, el MINIO DE HIERRO “TURIA”, la PINTURA AL ACEITE “MUNDIAL”, la CAUCHOLINA “REAL”, el TAPAGOTERAS, el SECANTE LÍQUIDO “SOL y TIERRA”, etc., algunos de los cuales, con las modificaciones introducidas posteriormente, todavía tienen aceptación en el mercado.
La Guerra Civil Española (1936-1939) ocasionó grandes dificultades y perjuicios a la industria química española. Las ventas descendían y no se encontraban productos ni materias primas necesarias para la fabricación. Ante tal panorama, todos los socios acordaron disolver la sociedad, pero a ello se opuso D. Rafael Mongay Noguero, quien fue el único que asumió la responsabilidad de seguir produciendo las pinturas y barnices que hacía ya 20 años que fabricaba. Incorporó a la empresa a su hijo mayor D. Rafael Mongay Badía, quien posteriormente tomaría las riendas dando un nuevo impulso a la sociedad.
Eran tiempos difíciles. D. Rafael Mongay Noguero, con visión futurista, pensó en adquirir nuevos terrenos fuera de la capital y se alquilaron unas naves en la calle Navas de Tolosa, 359 de Barcelona que paralelamente harían de puente para la nueva ubicación. El 9 de agosto de 1943 se constituyó una extensión de la sociedad en la mencionada calle que, con el nombre de L.A.M.S.A., escrituró el notario de Barcelona D. Tomás Forns Contera.
Los socios se iban desanimando y vendiendo sus acciones que el fundador adquiría con la fe y la esperanza de que aquella situación tenía que cambiar.
En 1949 se incorporó a la nueva sociedad a D. Ricardo Mongay Medina, hijo menor del fundador, para disponer allí de una nueva persona de confianza que velase por los intereses de la misma. Al año siguiente ya actuaba como gerente de L.A.M.S.A.
Barcelona iba creciendo, se reestructuraban sus distritos, se modernizaban sus edificios y sus vías públicas y las autoridades municipales iban desplazando las industrias hacia zonas periféricas. En el año 1953 se empezaron a adquirir, al lado de Barcelona, los actuales terrenos en L’Hospitalet de Llobregat y el 9 de noviembre de 1955 se adapta su denominación, mediante escritura autorizada por el notario D. Tomás Forns Contera, pasando a ser la actual de MONGAY, S.A.
Dibujo de la fachada de Mongay, S.A.
Una vez acabado el traslado y ya en la nueva ubicación de L’Hospitalet de Llobregat, con el espíritu emprendedor y dinámico de D. Rafael Mongay Noguero, secundado por sus dos hijos, se transforma la compañía, propiciando una etapa llena de aciertos con los nuevos productos que se fabricaban, multiplicando notablemente la cifra de ventas en toda España.
Después de alcanzar una amplia zona de ventas en el mercado nacional, su prestigio llegaba al extranjero. Fue en 1962, cuando la empresa suiza Walter Mäder, A.G. firmaba con Mongay, S.A. un contrato de colaboración técnica, en virtud del cual la sociedad Walter Mäder, A.G., una de las industrias técnicamente más avanzadas de Europa, cede a Mongay, S.A., la formulación y procedimientos para fabricar productos antioxidantes y especialidades para la protección de maquinaria y estructuras de hierro, así como todos aquellos productos que fueran considerados interesantes para fabricar y comercializar en el mercado español.
El 2 de enero de 1964 se incorpora a la sociedad D. Rafael Mongay Fernández, hijo mayor de D. Rafael Mongay Badía. Empezó por codificar de una forma racional las primeras materias y los productos acabados implantando al mismo tiempo nuevos métodos de control. Se ocupó después de la parte técnica, desarrollando nuevos productos, atendiendo al mismo tiempo las necesidades de los clientes. Al fallecer D. Ricardo Mongay Medina en 1975 fue nombrado Gerente ocupándose también de las relaciones con la sociedad Walter Mäder, A.G. llegando a tener con el tiempo un estrecho vínculo de amistad con el propio Dr. Louis Mäder.
Esta fue una década en la que la gran cantidad de nuevas primeras materias que iban apareciendo (resinas, pigmentos, aditivos, etc.) representaba un esfuerzo considerable para ir ensayándolas todas e ir mejorando los productos existentes, al mismo tiempo que se iban creando otros nuevos.
Paralelamente aparecían también nuevos sistemas de medición y de control que ayudaban en la labor de investigación y desarrollo de nuevos productos simplificando los métodos de trabajo y ayudando a su ordenación. También se incorporaban al proceso productivo nuevos equipos y maquinaria que facilitaban la fabricación acortando los tiempos de producción y minimizando el esfuerzo de los trabajadores.
En 1982 se implanta en la empresa el primer Manual de Garantía de Calidad que fue el precursor de los nuevos estándares, adelantándose a la norma ISO 9001 de Calidad que más tarde se completaría con la Norma ISO 14001 de Medio Ambiente. Dada la gran cantidad de legislación que cada vez con más intensidad iba apareciendo, el 3 de octubre de 1994 se incorpora a la empresa Dña. Montserrat Vall Quer.
En 1997 Mongay, S.A. obtuvo su primer certificado, reconocido internacionalmente, por su Sistema de Gestión de la Calidad: ISO 9001. Siete años más tarde se le concedió también la certificación por un Sistema de Gestión Ambiental Efectivo: ISO 14001. Ambos se mantienen en vigor (ISO 9001/2008 e ISO 14001/2004) y son revisados año tras año por la entidad de certificación Bureau Veritas.
Con estas certificaciones se asegura todavía un mayor cumplimiento de la calidad, además de cumplir con toda la normativa vigente en cuanto a calidad, medio ambiente y seguridad en el trabajo, contribuyendo así a una mejora del servicio, a un respeto por el medio ambiente y a una mayor seguridad de los trabajadores.
El 2 de enero de 2001 se incorpora a la sociedad, D. Carlos Mongay Batalla, sobrino de D. Rafael Mongay Fernández, quien con el tiempo sustituirá la labor de investigación y desarrollo llevada a cabo por éste durante más de 30 años. Posteriormente, el 1 de julio de 2008, se incorpora a la empresa D. Rafael Mongay Vall, quien se ocupará en un principio de modernizar el área comercial, haciéndose cargo de la red informática y de comunicaciones en la empresa.
El mejor activo con que cuenta Mongay, S.A. es el equipo humano que trabaja en la empresa, tanto en producción, como en los laboratorios o en la oficina, sin menoscabar la amplia red de agentes comerciales con que cuenta y sobre todo nuestros clientes y proveedores, sin los cuales no habríamos llegado a alcanzar cotas tan elevadas.
El mayor interés de Mongay, S.A. es poder ofrecer para cada aplicación un producto y para cada producto la máxima calidad. Así pues, no es de extrañar que en la actualidad y tras casi 100 años de experiencia e investigación, Mongay, S.A. haya acumulado alrededor de 3.000 formulaciones distintas, con casi 10.000 referencias de artículos.
El objetivo de Mongay, S.A. es ir desarrollando e implementando cada vez más, la internacionalización y exportación de nuestros productos de alta calidad para el mercado actual, cada vez más exigente y competitivo.
Y desde aquí queremos agradecer a todas las personas que han colaborado con nosotros y confiado en nuestros productos el interés que han demostrado hacia nuestra firma y el apoyo del que hemos sido objeto para seguir adelante con el mismo espíritu dinámico, emprendedor e innovador que tuvo nuestro fundador.
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